Sociedad de Ética Médica y Biológica

SAEMB no quiere un opaco y desencontrado Bicentenario

Buenos Aires, 5 May. 10 (AICA).- La Sociedad de Ética Médica y Biológica (SAEMB) consideró que ni la Patria ni sus hijos merecen celebrar “un opaco, problemático y desencontrado” Bicentenario patrio, pero enumera una serie de situaciones que no auguran un festejo distinto para 2010.

“Apenas comenzado el año ya hay serios conflictos con los tres poderes, hay groserías e insultos, mentiras y verdades a medias, provocaciones y amenazas, frivolidad e ideologismos cerrados, ausencia de unión y de libertad”, subraya la entidad en un comunicado con la firma de su presidente, doctor Luis Aldo Ravaioli.

La SAEMB alerta sobre “una sutil persecución a la Iglesia a través de un laicismo militante”, y cuestiona que no se acepte que “la Patria es un don, y la Nación es una tarea de todos”, y tampoco que “hay pobreza y que este es un problema de todos”.

“Hay ataques a la libertad de prensa. Falta de mutuo respeto y de comprensión, de verdad y de perdón, de paz y de reconciliación entre todos nosotros. Por el contrario ni el Gobierno, ni los organismos llamados ‘defensores de los derechos humanos’ ponen bálsamo sobre las heridas. Hay carencia de justicia y de generosidad, de eticidad privada y pública. Campea la mendacidad y la falacia. Hay expansión del alcoholismo, de los estupefacientes y del juego; de la inseguridad, la indefensión, la corrupción y la impunidad crónica y un largo etc.”, puntualiza.

Asimismo, sostiene que a “estos tristes antivalores hay que sumarle los serios problemas económicos y financieros, la desocupación, la desnutrición, la mortalidad infantil, las mentiras de la inflación y el PBI, el drama de los jubilados y las deudas que no se pueden pagar con dinero genuino”.

“Hay pérdidas de mercados, ausencia de nuestro país entre las naciones más desarrolladas, falta de influencia de la Argentina en el mundo y en la región, extravío de la vocación de grandeza y un largo y vergonzoso etc. Todo esto y mucho más, la Patria en sus doscientos años no lo merece y sus hijos tampoco”, concluye.